Esta novedosa técnica es empleada con éxito en nuestros pacientes. El tratamiento consiste en la utilización de sangre del propio paciente para procesarla y obtener un plasma rico en factores de crecimiento (proteínas), que se coloca en la zona a tratar. A partir de ese momento, la zona lesionada comienza a cicatrizar y, al cabo de 7 días, hay un número de células 4 veces superior que en un proceso reparador natural o con un tratamiento convencional, lo cual acelera los tiempos de recuperación. Puede utilizarse en estadíos iniciales de la artrosis, necrosis y lesiones osteocondrales de cadera y rodilla, desgarros musculares, lesiones ligamentarias y tendinosas (hombro, rodilla, codo, cadera, etc.). También pueden utilizarse en combinación con distintos procedimientos quirúrgicos, para mejorar los resultados de los mismos y acelerar los tiempos de recuperación. Este procedimiento puede realizarse tanto en quirófano como en el mismo consultorio.